lunes, 6 de marzo de 2017

Luz ultravioleta de alta energía y poco contaminante

Hace un tiempo comentábamos algunas cosillas sobre la luz infrarroja (aquellas ondas que se encuentran a energías más bajas que la llamada luz visible) y hoy hablaremos de la luz ultravioleta, las hermanas más energéticas de la familia.


Estas ondas se encuentran a energías por encima de la luz visible y, de hecho, cuando la luz solar nos da de pleno nos recomiendan que nos protejamos de la radiación UV (cremas solares, gafas de sol,... ¿recuerdas?). Dentro de estas ondas, hay una franja que se encuentra cercana a la zona visible (llamada UV-visible) y otras que se encuentran a bastante distancia, llamadas UV-profundo. Estas ondas tienen tal energía que son capaces de atravesar la membrana de virus y bacterias llegando a destruir su ADN, la información genética característica de cada ser vivo, por lo que poseen una alta capacidad de desinfección y así se usan en aquellos sitios en los que es necesaria una limpieza extrema (por ejemplo, los materiales empleados en los quirófanos).

De momento, las lámparas UV que se usan están formadas con gas de mercurio (elemento químico tremendamente pesado y de elevado impacto medioambiental por no eliminarse nada bien) y esto es un problema grande, tanto de generación de residuos como a nivel económico.

Sin embargo, algunos estudios han desvelado la posibilidad de utilizar otras sustancias químicas, como son los nitruros de galio (no os preocupéis por el nombre, pero pensad que es ampliamente utilizado como semiconductor) y de aluminio (conductor electrónico) que, dispuestos en finas capas y activados adecuadamente, pueden generar emisiones de UV-profundo mediante un diodo emisor de luz (normalmente llamado LED). Para que os resulte algo más fácil, aquí os dejamos un esquema de una pequeña luz LED.



Suena difícil, ¿verdad? No nos detengamos en cuestiones químicas, sino vayamos al grano: sus ventajas.

Primero, el disparo de electrones sobre la capa de componentes es mas eficiente. Segundo, la proporción de electrones que generan fotones o rayos UV es mucho mayor. Y tercero, la cantidad de fotones que se pueden extraer y aprovechar es mucho mayor. Parece que todo son ventajas, ¿a que si?

Por eso, ya hay estudios basados en aprovechar estas cualidades de estos componentes para poder generar rayos UV de alta energía, de un modo mas barato, con menor residuos y de gran efectividad. Una vez más, ¡bien por la Ciencia!


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