lunes, 18 de mayo de 2015

¿Por qué no se caen las salamanquesas?

Seguro que más de una vez habéis visto una salamanquesa sobre una pared, quieta, totalmente inmóvil mientras toma el sol. Nosotros pudimos ver una preciosa hace poco y nos hizo pensar en algunas preguntas: ¿cómo son capaces de quedarse pegadas a la pared sin caerse? ¿cómo se pueden mover tan rápido por la superficie y esconderse, casi sin darnos cuenta?


Durante mucho tiempo este enigma ha tenido de cabeza a los científicos pero hay una teoría que parece ser la que más justifica esta poderosa fuerza que tienen estos reptiles a la hora de quedarse suspendidos en superficies lisas e incluso boca abajo. ¡¡Qué pasada!!

Aunque parezca que sus patas poseen ventosas que se pegan a la pared, no es así. En su lugar, las amigas salamanquesas tienen un buen motón de pelillos finísimos (llamados spatulae) que crea una superficie de apoyo muy rugosa y que, entre todos, pueden generar unas potentes fuerzas de interacción con la materia sobre la que pisa (¡¡daros cuenta que pueden tener miles de millones de estos pelillos!!). Para que os hagáis una idea, imaginaos una tela de terciopelo. Así, el reptil puede permanecer adherido el tiempo que haga falta y le resulta igualmente fácil despegar sus patas para salir corriendo. Igual que hizo la salamanquesa que nosotros vimos.

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